DE: J. Camilo
Hay les dejo este cuento, algo cotidiano desde un Circular Coonatra, iba para el blog Suricato pero que mejor ocasión que esta. Suere
Circulando por la ciudad en Coonatra
Se monto al bus algo nervioso, un Circular Coonatra con sus particulares colores lineales: verde, rojo y vainilla esperaban por él. Tomo asiento, no antes de haber pagado los mil cien pesos, un billete con la imagen de Gaitan y una moneda de cien pesos. Se ubico en la línea de la derecha; no montándose, si no bajándose la visión de derecha e izquierda. Entonces le toco en la ventanilla que daba a la acera, donde podía mirar como la gente se montaba en el bus o como los transeúntes pasaban. Ya era un pasajero más, el asfalto lo olvidaba mientras veía como llegaba la noche.
Vio como un tipo se montaba, lo siguió con la mirada y el tipo se sentó a su lado. El bus sale del paradero de la calle el Palo con Av. La Playa. El sujeto algo nervioso por su nueva compañía pensaba que lo iba atracar: su reloj, la gorra, los pasajes, la billetera, no puede ser como retornare a mi casa, si es que retorno, y si me opongo, no este man me da una golpiza del carajo o me mata y salir mañana en primera plana de La Chiva: “Joven asesinado en un Circular”, que hago... Pero todos estos pensamientos fueron en vano, su sudor frío también. El tipo sentado a su izquierda le pregunta la hora, él le responde y el señor que se baja en Saludcoop, hay al frente de Villanueva, donde termina la avenida oriental y comienzan los puentes. El tipo dentro del circular Coonatra sigue un tanto nervioso, seca su sudor pero ante tanto nerviosismo mira para lado y lado y se entera que en el bus hay buen personal femenino. El Circular va por el barrio Prado centro, ahora el nerviosismo tiene otro sentido, la conquista. Toma una decisión rápida y va actuar se para y ¡oh sorpresa! El bus frena bruscamente. Él, que se había levantado de la silla tranquilamente, sin demostrar hambre de nena alguna y ubicado en el corredor es lanzado hacia atrás, cayendo bruscamente en la banca final, la más larga, por fortuna estaba vacío. Algunos pasajeros se enteran del tropiezo entre ellos la nena a quien iba su intención y sonríen. La nena se para, el hombrecillo ahora sudando de la pena ve como recorre el corredor hacia él, voltea a un paso de llegar a él, toca el timbre y se baja al frente del hospital San Vicente. El tipo piensa: que mal he quedado pero igual no la volveré a ver. Continúa la ruta del Circular Coonatra. Próxima parada Universidad de Antioquia, mucha gente se baja allí, pero de igual modo mucha sube, el Circular es una sola pasarela en el que podéis encontrar cualquier perfil de persona. Él mira por la ventana, el bus arranca y en el puente peatonal de Barranquilla al frente de la U de A, un accidente. Una moto debajo un bus ¿qué paso? ¿Un herido? ¿Un muerto? ¿Quién lo sabrá? Ya todo ha quedado atrás y se entera que hay alguien sentado a su lado, un señor con aspecto jovial, le dice: ve usted joven la imprudencia de estos muchachos en esas motos, esas motos son la venganza china, por eso yo prefiero el transporte público. El tipo solo puede responder: aja, aja, aja, pues si. Ahora en la Nacho o Universidad Nacional. De nuevo baja gente y sube gente, para él alguien sospechoso, o sea alguien peligroso entre ellos y lindas mujeres. Miradas van, mirada vienen, una voz en el fondo de un señor no lo entretiene. Pasa por la minorista, un pequeño taco en el SENA. Sale a la calle Colombia, pasan sobre el río Medellín, suramericana se baja el señor, una nena se sienta a su lado. Silencio en el Circular Coonatra, gente de pie, por favor circulen hacia la parte de atrás dice el conductor, todo el mundo mas pegado uno al otro, sensación de asco sí hay mal olor, frotes no deseados o por algunos deseados y se escucha una voz que va dirigida hacia él, el tipo. Sabes ¿Dónde queda el centro comercial los Molinos? Le pregunta la nena, mientras pasan por la Luís Amigo. Si, yo se donde queda. Aahhhh es que voy para allá, estaba toda aburrida en mi casa y me dio por salir y vos que ¿Para donde vas? Pregunta la nena. Nooo pues yo voy a entrenar, en ese momento cruzan el puente de la iguana, ya cerca de llegar a ciudadela Robledo, el Circular Coonatra acelerador a fondo pues vienen tras de él otros dos compañeros del volante. Bla, bla, bla, cruzan los policías acostados, se deja ver la sede de la U de A Robledo, la nena le dice: quieres… y el antes de dejar escuchar lo que ella va a decir y al mismo tiempo le dice yo me quedo aquí, chao. ¡Ah! Bueno chao. El mansito se baja ve los discos volar, es viernes, tiempo de ultimate, ¡que chimba! Y recuerda, ¿Será que esa nena me iba invitar a los Molinos? Que va, ni que hijueputas yo vengo es a jugar ultimate. Si era para mí ahora me la encuentro de bajada en el Circular Coonatra.
GRACIAS DE PARTE DE AIRE JR POR SU APORTE.
(blog de las wicas)
