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jueves, 13 de noviembre de 2008

pull en el cielo.



Cuantas noches hemos pasado observándola, cuantas noches la hemos contemplado sin importar que el frio nos abrace, cuantas noches la hemos glorificado por su belleza, cuantas noches hemos acudido a ella buscando respuestas y soluciones a los remolinos de nuestra cabeza, cuántas veces hemos soñado con llegar hasta ella o con darle un gran mordisco, y cuantas otras veces ni la hemos visto.
La luna ese astro en el cielo nocturno que incluso a veces vemos de día, ese tele transportador de emociones que nos lleva hasta donde nuestros sueños quieren estar, esa, esa que todos alguna vez hemos visto, tiene también una historia y esta es la que yo escribo a mi manera.
Erase una vez un tiempo lejano en un lugar cercano, con el cual todavía colon no había ni soñado, eran los tiempos del oro, de la naturaleza, la calma y la vida, eran los tiempos de las grandes vegetaciones y de las pocas preocupaciones.
La vida corría normal como se supone debería hacerlo y mientras el mundo daba vueltas, los pájaros cantaban y sus súbditos trabajaban, el cacique contemplaba el cielo. Y mientras se perdía en las incontables formas nubosas y en los diversos tonos azulejos, llego volando a su mente un viejo recuerdo de algún viejo pensamiento en el cual se preguntaba porque el cielo en las noches no era tan grandioso como lo era en ese momento, sentía que al cielo nocturno le faltaba algo, pero no sabía a ciencia cierta que era.
Estando en esa cuestión llego hasta el alto donde este se encontraba uno de sus tantos súbditos para informarle de unos extraños movimientos que se habían estado presenciando a lo largo del cerro.
La explicación que le dieron fue algo inconclusa, era algo demasiado raro, algo que nunca se había visto por esos lares y que el mismo debía observar con sus propios ojos, y así lo hizo, fue al lugar donde se habían estado presentado los extraños hechos.
cuando llego a este, cual grande fue su sorpresa que sus ojos casi saltaban de sus orbitas, no podía creer lo que estaba viendo, observaba algo que tal vez nunca antes se había presenciado en la historia, apreciaba como seres similares a él y los suyos pero con mayor tamaño y un color de piel más claro que el suyo se lanzaban unos a otros un objeto blanco resplandeciente con una forma semejante a una vasija aplastada, el objeto flotaba y planeaba por los aires cual si fuera un cóndor y los seres que lo lanzaban tenían total dominio sobre él.
Esto sorprendió mucho al cacique pero tal vez no tanto como lo que ahora acababa de enfocar, sus ojos se dirigían hacia una figura, lo hacían de una manera tan profunda, tan directa, tan constante que un solo parpadeo habría sido una valiosa perdida de segundos que le habrían impedido apreciar semejante belleza.
Sus ojos se confundían con el brillo del sol, su rostro era tan bello como la armonía de las aguas, su cabello parecía una joya hecha en oro por los más grandes artesanos, en sus labios se recordaba el dulce sabor de las fresas frescas y su cuerpo era tan bello como lo era la madre naturaleza.
Al apreciar esto una corriente corrió por todo su cuerpo, no sabía que era, puesto que el amor no existía en esa era, pero de algo si estaba seguro y era que quería pasar el resto de sus días con ella.
Con cada segundo que pasaba se aumentaban sus ganas de poder tenerla más cerca a la vez que aumentaban sus miedos de perderla sin haber podido conocerla.
Se preguntaba sobre cómo debía actuar, se preguntaba sobre cuál sería la manera correcta de accionar y sin meditarlo mucho arrastrado por el impulso del deseo se lanzo al vacio en busca de su ahora tan anhelado sueño.
Se acerco paso a paso sintiéndose flotar por los aires como lo hacia el objeto con el cual ellos se divertían. Volaba por los aires así su pecho pesara tanto como un árbol gigante, pero después de unos cuantos pasos, después de unos cuantos segundos de haber descubierto el amor, ahora por su sangre y sus venas corría el fantasma del desamor.
Al acercársele ella y sus amigos habían salido corriendo despavoridos sin que él hubiera causado un motivo, corrieron hasta una especie de maloka que rodaba a una gran velocidad y después de un destello de luz se perdieron en el océano del tiempo.
El cacique ahora desconsolado sentía como lagrimas que corrían por sus ojos ahogaban sus antiguas ilusiones y mientras la tristeza navegaba por sus ojos, observo que aquel objeto volador, el cual ella tenía en sus manos antes de echar a correr, yacía ahora en el suelo. Solo, igual que ahora él se encontraba.
Se acerco al objeto y lo levanto, lo acaricio tal vez recordando la suavidad de sus manos, suavidad que solo apreciaba en sus sueños, lo abrazo fuertemente como si con ello hubiera evitado su fuga, lo beso como lo hubiera hecho con sus labios, pero mientras servía a este ritual de nostalgia su mente fue atacada por miles de pensamientos como flechas envenenadas y llenándose de ira empezó a golpear el objeto, a patearlo y tirarlo duro contra el suelo, a morderlo intentando romperlo, como si con eso rompiera el dolor que asaltaba su ego.
Ya cansado de golpearlo y estando el objeto casi destrozado y lleno de cráteres, una nueva ola de ira ahora mucho más grande se apodero de él y simulando los movimientos de los individuos que antes lanzaban, mando el objeto con toda su fuerza acompañado con un grito desgarrador hacia la infinidad del cielo, y fue tal el poder con el que lo mando que quedo clavado en el cielo como un pool que todavía no ha caído al cual hoy llamamos luna.
Del cacique no queda mucho que decir. Tal vez enloqueció como muchos de nosotros recordando día tras día, en esa finidad casi infinita del cielo, un rostro, una sonrisa que ya no está con nosotros, pero que aun vive en nuestra mente.

Era eso lo que buscaba cacique????

alvaro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

que pereza de articulo!!!
.....quien escribio esa payasada??

Anónimo dijo...

como se nota señor anónimo que usted lee muy bien, al final del artículo está el autor. evalúe por favor su nivel de lectura antes de venir a criticar el artículo que creo que ni leyó.

Anónimo dijo...

mentiras alvaro q esta muy chimbaa, eso de escuchar rap te esta inspirando

piedra

Anónimo dijo...

alvarini es que eso de ser vegetariano es una cosa de locos, si no vea jose al caiao, manada de locos, despistados..... no no no..... pero quedo bueno, todo bien alvarini, al proximo desparche metale mas ultimate aunque asi esta bien....

Enry

Anónimo dijo...

está genial!! así de simple!!

Anónimo dijo...

que chimba de lectura alvaro lo felicito.. buena inspiración..bacano pensar tantas cosas de la luna, pero esta es especial y bacano que lo compartas con todos nosotros.. excelente! .. solido alvaro
christian 03/aireju